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domingo, 26 de noviembre de 2017

Gangi, de las puertas de la muerte, a la felicidad del presente


Os presento la historia de este precioso caballo y ser. Él es Gangi.
Su historia, muy cruda, muy dura. Con final feliz.
Él es otro de tantos casos del daño que podemos causar a otro ser. Lo mínimo que podemos hacer es contar su historia, por si sirve a alguien que pueda tomar conciencia y rectificar a tiempo.
El pasado de Gangi antes de llegar a donde está ahora, fue que vivió en Francia donde era un caballo de carreras.
De Francia lo vendieron y llegó a Mallorca para seguir corriendo.
De Mallorca lo vendieron y se fue para Ibiza. En Ibiza, como ya no podía correr, o se negaba a correr, su "dueño", lo quería llevar al matadero. Como si fuera un objeto que ya no sirve para su conveniencia, decidió que ese iba a ser su destino.
La hija del señor, pagó su venta, y fue a parar a una hípica de Ibiza.
Como allí no servía para dar clases, lo acogieron José y Yasmina.
¿Os podéis imaginar lo que ha tenido que pasar emocionalmente Gangi?
Gangi tiene ahora 14 años. Lleva con ellos viviendo en Ibiza 5 años.
Yasmina quiso hacer consulta de comunicación con él, porque durante esos 5 años, Gangi apenas se acercaba a ellos. Se ha mantenido distante, desconfiado, un poco arisco. Ella quería saber cómo podíamos ayudarle o qué podíamos hacer.
Comunicación con Gangi (Sobre toda su historia del pasado, me la explicó Yasmina después de comunicar con él y confirmamos algunos datos que él dio para poder ayudarle.)
(En su comunicación, Gangi sobre todo transmitió a cerca de cómo se había sentido en su pasado.
Sintió que había sido maltratado, sobre todo verbalmente. Él dijo que había sentido su autoestima muy baja y aún la siente hoy en día. Que con quién estuvo, le había hecho sentir que no valía nada. Que su vida no tenía valor. Pero que en el fondo, él sabía que sí tenía valor, aunque le hacían creer que no constantemente.
Luego relató que hoy en día, en su presente, siente una gran desconexión del presente, de su vida actual. Lo explicó como si su alma, un trozo de su alma hubiera quedado anclada a ese pasado que tuvo que vivir y donde sufrió emocionalmente.
Dijo que se encontró con Yasmina por un pacto donde deben entregarse algo mutuamente. Concretamente, le pidió a Yasmina recuperar ese pedazo de alma que perdió en algún lugar. Dijo que ella podía hacerlo y se lo pedía a ella. Y que después ella lo usaría para poder ayudar a otros.
Sobre si necesitaba algo concreto para mejorar su situación, dijo que tenía todo lo que necesitaba físicamente. Pero que esa emoción que quedó en su pasado, le hacía infeliz y sentirse como fuera de lugar, como si todo fuera extraño. Su entorno, sus amigos humanos...
Lo más bonito fue que me explicó que había un trozo de sombra donde él está ahora normalmente, que es un espacio donde dice que le da calma. Dijo que allí puede reflexionar sobre su vida, sobre lo que le ha pasado. Como su trozo de sombra donde encuentra la paz y puede ir asimilando todo lo que ha tenido que vivir.
Sobre José dijo que le hacía de espejo en algunas cosas.
También quiso darles las gracias por esta oportunidad, y les dijo que los quería.
Lo más importante que Gangi quería hacer entender en su comunicación y no paraba de insistir, era que él necesitaba que comprendieran por todo lo que había pasado él. Que entendieran porqué se mostraba así. Que necesita tiempo para asimilar. Necesita que entiendan porqué necesita procesar y volver a confiar. Necesita ser él mismo.
También dijo que vino a enseñar o hacer entender a ella, qué es el amor incondicional. Dijo que él no podía mostrarse de otra manera, como a ellos les gustaría que se comportara, y necesitaba que respetasen eso.
Le ofrecimos tomar Flores de Bach para ayudarle con sus emociones, y aceptó.
Cuando terminamos, tuve la necesidad de pedirle perdón en nombre de los humanos que le habían hecho daño física o verbalmente.
Después de comunicar, Yasmina fue a pedirle disculpas. Al día siguiente, ella empezó a ver cambios en él. Más acercamiento, una alegría inexplicable en él. Como mostrando una sensación de liberación al ver que ellos ya saben lo que siente y le entienden, o al menos harán lo posible por entenderle.
Gangi le deja un trabajo a Yasmina para ayudarle.
Creo que después de esto, su vínculo será más fuerte día a día.
Gangi es una muestra más de que los animales piensan, sienten, sufren, reflexionan. Sí, reflexionan sobre su vida para poder asimilar. No hay duda. Ese pedazo de sombra donde él asimila, me confirmó Yasmina que existe y que él pasa mucho tiempo allí, que le gusta estar allí.
¿Será que ahí puede encontrar un poco de paz?
¿Hasta cuando seguiremos sometiendo a los animales?
¿Hasta cuando durará la compra, la venta, la esclavitud, el maltrato, el sufrimiento que les ocasionamos?
Espero que abramos nuestras miras, que abramos nuestro corazón. Que tengamos luz suficiente para ver qué estamos haciendo y no volverlo a hacer nunca jamás. Son nuestros hermanos. Tienen voz, tienen sentimientos. Y lo malo que les decimos y cómo les tratamos, les deja secuelas. Seamos conscientes de esto de una vez. Siempre podemos ser mejores. Ser humildes. Vernos como un igual, ellos lo son y merecen su derecho a ser libres.
Gracias Gangi.
Gracias Yasmina y José.



viernes, 3 de noviembre de 2017

El reencuentro de un león y una leona



Una vez más, la vida es un instante.
El misterio de cuando acabará ese instante tendría que hacernos vivir cada día y cada momento como si fuera el último. Tendría que hacernos sentir que tenemos que vivir con intensidad, decir te quiero, decir no era mi intención, decir aquí estoy, decir me has hecho feliz, me has aportado mucho, o simplemente decir lo que uno tenga que decir desde su corazón. Porque esos instantes están, existen, pero el misterio de la propia vida hace que cuando terminan, lo vivamos como una separación donde ya hay un vacío, ya no hay a quién decir y unos ojos a los que transmitir lo que permanecía ahí latente en tu corazón. 
«Había una vez un león y una leona. Sus caminos y sus vidas transcurrían separados.
Pero la vida o el destino quiso crear un encuentro. 
Y más que un encuentro fue un reencuentro. 
En ellos había un fuego y una llama, que les hizo recordar memorias donde quizá habían compartido experiencias, vidas, incluso guerras y separaciones.
La intensidad de sus miradas y la percepción totalmente abierta de estar uno al lado del otro les hizo avivar su propia llama y fuego. Por la vida, por descubrir algo de ellos mismos, por sentirse vivos y sentir el uno al otro.
El camino difícil y con obstáculos no impidió que aunque fuera un instante se reconocieran como almas de caminos, de vidas.
El león sintió cautivarla, la leona sintió cautivarle. La energía en conexión surgió y el tiempo paró. 
Tan sólo fueron instantes, caricias y palabras. Pero fue bonito.
Quién sabe cuantas vidas se buscan dos guerreros y en qué forma vuelven a coincidir en sus vidas. Tal vez siendo león y leona, tal vez siendo otros personajes. 
Pero hay una llama en su corazón y un recuerdo de haber vivido algo bonito y auténtico.»
Por si la vida se escapa quién sabe cuando, gracias por esos instantes a los que me han ayudado a sentir que hay una llama viva, quizá coincidimos en algún momento de ese instante que es la vida o cualquier vida.